Cartas al editor

Resumen

He quedado enterado y ha sido motivo de gran satisfacción, compartida seguramente por miles de médicos, la feliz decisión por parte de las autoridades del Sector Salud y con el apoyo de las Academias de Medicina y de Cirugía por su demostrado interés en mantener y después exigir la certificación de los médicos como especialistas. El camino para nuestra superación es todavía largo, pero éste es un buen comienzo, Ya es tiempo para que los profesionales de la medicina dejemos de evadir nuestras responsabilidades y proporcionemos servicios y atención compatibles con los principios de ética y moral inherentes al ejercicio de la más bella de las profesiones del mundo [la práctica honesta y responsable de la medicina] ¿Cuándo aprenderemos los médicos a no exagerar beneficios y a no subestimar riesgos? y ¿cuándo aprenderemos a informar, con anterioridad al tratamiento propuesto, las indicaciones, riesgos, alternativas y complicaciones que pueden tener los procedimientos diagnósticos y quirúrgicos, aplicados incluso de manera ideal?

¡Líbreme Dios de juzgar a mis colegas! le respondí a una periodista que pretendía que enjuiciara a un colega que probablemente actuó de manera quizá negligente.

Podría darle una opinión, si además de estar libre de culpas, yerros y tuviera más información, pero como ese no es el caso, espero que mi colega acepte su responsabilidad y platique sinceramente con su enferma y familiares, le dije finalmente.

Mi inmenso cariño y permanente agradecimiento a la Escuela Médico Militar, me impulsa a desear que mis colegas participen, ejemplifiquen y tomen auténtico interés para recomendar las muchas formas de impedir ser acosados por la amenaza de ser demandados. Es menester seguir ejerciendo la medicina en forma eficiente, equitativa, humanizada. Los enfermos están dispuestos, en principio, para aceptar nuestras limitaciones y acaso nuestros errores involuntarios, si han sido debidamente informados con oportunidad, pero rechazan vigorosamente y con toda la razón el trato inatento y despótico, así como huir del cumplimiento responsable de su ejercicio profesional.